Sr. Presidente,
    La humanidad enfrenta crisis de una gravedad sin precedente.
 
Sr. Presidente,
    Es el momento de mantenernos unidos bajo la bandera de  Naciones Unidas para enfrentarlas juntos.
 
Sr. Presidente,
    Japón está decidido a continuar asumiendo una gran  responsabilidad, trabajando de la mano de la comunidad internacional.
 
    El Gobierno japonés está realizando todos los  esfuerzos posibles en la lucha contra la enfermedad del virus del Ébola. La  comunidad internacional debe reunirse para resolver esta crisis que afecta  directamente la paz y la seguridad de África. En este sentido, Japón ha apoyado  decididamente la adopción de la resolución 2177 del Consejo de Seguridad en su  carácter de copatrocinador. Japón también ha apoyado la iniciativa de Su  Excelencia el Sr. Ban Ki-moon, Secretario General, y su Excelencia el Sr. Sam  Kahamba Kutesa, presidente de la Asamblea   General, de crear la Misión de Naciones Unidas para la Respuesta de Emergencia contra  el Ébola.
 
    En TICAD V, que Japón llevó a cabo el año pasado para  el desarrollo africano, el Gobierno japonés anunció que destinaría 500 millones  de dólares para resolver problemas relacionados con la salud en África, y  lanzar programas de capacitación para unos 120.000 proveedores de servicios de  salud y médicos. En respuesta al brote de Ébola, hemos enviado expertos  japoneses muy reconocidos y experimentados como integrantes de las misiones de  OMS. También ampliamos la suma total de 5 millones de dólares en ayuda  financiera y proveeremos 500.000 equipos de protección personal para los  trabajadores de salud. Además, nos comprometemos a desplegar una ayuda  adicional de un total de 40 millones de dólares en el futuro.
 
    Seguimos dispuestos a adoptar otras medidas, incluida  la posibilidad de enviar más expertos a África y compartir un posible  medicamento prometedor, desarrollado por Compañía Química Toyama y Fujifilm  Holdings Corporation de Japón, que puede ser eficaz para la fase de  post-exposición del Ébola.
 
    Sr. Presidente, Oriente Medio se halla en un estado de  agitación. En particular, Japón considera que las actividades de ISIL (Estado  Islámico de Irak y el Levante), que avanza más allá de las fronteras nacionales  y ha declarado unilateralmente la creación de un supuesto “Estado”, constituyen  una seria amenaza para el orden internacional. Lo importante ahora es evitar  que el extremismo se afiance, respondiendo al mismo tiempo con rapidez a las  crisis humanitarias de la región. Para prestar su ayuda en este aspecto, Japón  implementará ayuda de emergencia por 50 millones de dólares en forma inmediata.
 
    Sr. Presidente, considerando de gran importancia la  estabilidad de Ucrania, Japón anunció prestamente una ayuda económica por 1.500  millones de dólares en marzo, que en este momento está siendo implementada.  También estamos preparando nueva ayuda para la reconstrucción de la zona  oriental de Ucrania.
 
    Sr. Presidente, el año próximo será un hito  importantísimo para Naciones Unidas. Celebraremos su 70° aniversario. Cuando surgió  Naciones Unidas, Japón se recuperaba de haber sido reducido a cenizas. Desde  entonces, Japón no ha olvidado ni por un instante los horrores de la guerra. Emprendimos  el camino de la posguerra aborreciendo las atrocidades de la guerra que sumió  en la tragedia a personas inocentes en nuestro país y en otros renovando nuestra  promesa de paz. Hemos hecho la sincera promesa de asumir las responsabilidades  de Naciones Unidas en nuestro país y en el exterior.
 
    El futuro de Japón descansa en una prolongación directa  de nuestra historia a lo largo de los últimos 70 años.  Nuestra promesa de no librar nunca una guerra  es algo que el pueblo japonés transmitirá y fomentará en adelante generación  tras generación.
 
    La paz echará raíces sólo cuando los conflictos no  cuenten con lugares para residir en nuestros corazones y en nuestro estilo de  vida. Por eso justamente, Japón se esfuerza por continuar actuando a nivel de  la comunidad en el mundo entero.
 
    Japón ha sido, es y seguirá siendo un motor de aportes  activos a la paz. Más aún, quiero señalar y prometer ante todo que Japón es un  país que ha trabajado para eliminar la “cultura de la guerra” de los corazones  de las personas y no escatimará esfuerzos para continuar haciéndolo.
 
    Ya a mediados de los años 1980, Japón lanzó la  cooperación en Gaza para promover recursos humanos. Un total de más de 400  funcionarios administrativos y expertos técnicos han venido a Japón a recibir  capacitación intensiva.
 
    Uno de ellos es el Sr. Najjar Osama, un joven que  presta servicio como funcionario en la Autoridad Palestina  de Energía y Recursos Naturales. “Gaza no tiene recursos naturales de ningún  tipo” ha dicho. “Lo único que tenemos es población, una situación igual a la de  Japón. Lo que aprendí de Japón es el espíritu de nunca, nunca darse por  vencido”.
 
    Después de haberse formado en Japón durante un mes,  Najjar Osama llevó la tecnología de la energía solar a su ciudad natal, para agregarla  al servicio indispensable de un sistema eléctrico independiente.
 
    Los equipos que él y sus colegas introdujeron en el  hospital más grande de la   Franja de Gaza han sobrevivido a la turbulencia y han podido  mantener las luces encendidas en la sala de urgencias del hospital.
 
    No es casual, quizá, que la historia sobre Somalia a  la que deseo hacer referencia también tenga que ver con la iluminación.
 
    Lo más importante para Hamidah Hassan, una niña de  diez años que vive en los campamentos para personas desplazadas internamente en  Mogadiscio, era la luz para iluminar las carpas del campamento durante la  noche. Una carpa iluminada actúa como disuasión de la violencia sexual.
 
    En los dos últimos años, Japón ha distribuido a  personas desplazadas internamente, incluidas jovencitas como Hamidahy, unas  2.500 lámparas fabricadas por Panasonic que acumulan la electricidad generada  por la luz del sol durante el día y la convierten en luz de lámpara por la  noche. Hamidah está esforzándose mucho y sueña con ser médica algún día.
 
    Debemos continuar disipando la ansiedad y el miedo en  los corazones de la gente y eliminar cualquier brote de odio. Japón y los  japoneses seguiremos esforzándonos por ofrecer nuestra voluntad y capacidad,  nuestro conocimiento y experiencia, para que esto sea una realidad.
 
    Ante todo, continuaremos prestando asistencia para  mejorar la educación que conformará la base del crecimiento económico para  quienes lo necesitan, desde la educación primaria hasta la formación  profesional. Nuestro objetivo es siempre hacer que la alegría del trabajo se  internalice en la naturaleza de las personas. Esperamos que tomen clara  conciencia de que el sudor que les genera el trabajo es una inversión en el  futuro.
 
    Ampliar las rutas, así como también los puertos y las  redes eléctricas cada vez más conectadas, además de una gestión de gobierno  efectiva totalmente armonizada con estos adelantos, contribuirá a crear una  sociedad rica y pacífica que valore los derechos humanos.
 
    Cuando esta idea reciba un respaldo masivo, las  personas se convertirán en dueñas de su sociedad en el sentido más verdadero de  la palabra.
 
    Justamente, para expandir este tipo de sociedad de un  punto a una línea, y de una línea a un plano, Japón siempre ha buscado las  bases para la paz. Hemos centrado nuestra filosofía en que la Asistencia Oficial  para el Desarrollo (ODA) utilizara siempre este enfoque.
 
    El lema “Contribución Activa a la Paz” transmitido por el Gobierno japonés es una posición  basada en el desarrollo natural del convencimiento y la confianza personal que  hemos adquirido promoviendo durante muchos años “la seguridad humana”, es  decir, esforzándonos al máximo por desarrollar una sociedad que da prioridad a  las personas.
 
    Seguiremos llevando adelante nuestra tarea, con la  esperanza de crear con el tiempo una sociedad justa y equitativa que dé  prioridad a los seres humanos y una democracia que valore los derechos humanos.
 
    Hace setenta años, Naciones Unidas proclamó su  determinación de “preservar a las generaciones venideras del flagelo de la  guerra” y “practicar la tolerancia”.
 
    Naciones Unidas no debe abandonar esos ideales.
 
    Sr. Presidente, distinguidos delegados, con esta determinación,  justamente, Japón aspira a incorporarse una vez más al Consejo de Seguridad  como miembro no permanente en la elección del año próximo, que conmemora los 70  años del nacimiento de Naciones Unidas.
 
    Durante los 58 largos años transcurridos desde la  adhesión de Japón a la ONU  en 1956 como su 80° miembro, nuestro país ha trabajado incansablemente por las  causas de ONU. Creemos que nadie ha superado nuestros esfuerzos.
 
    Es mi deseo,  con el 70° aniversario como punto de inflexión, que los países que compartimos  los mismos objetivos trabajemos conjuntamente con el fin de resolver la vieja  cuestión de reformar la ONU  de manera que refleje las realidades del siglo XXI.
 
    Dentro de  ese contexto, Japón se propone ser miembro permanente del Consejo de Seguridad,  y asumir el rol adecuado que esa situación requiere.
 
    Señoras y señores, en esta misma ocasión el año pasado  hablé del significado y la importancia de aumentar el poder de las mujeres e  hice un llamado a crear una sociedad donde las mujeres brillen.
 
    Japón ha comenzado ya a trabajar para resolver los  numerosos problemas que enfrentamos junto con sectores privados para aumentar lo  antes posible la participación femenina en la sociedad.
 
    Debemos favorecer los entornos donde sea posible  equilibrar el cuidado de los niños y la atención de los mayores por un lado y  el trabajo por el otro. Además, eliminar los prejuicios que todavía existen en  la sociedad sobre el rol de las mujeres será básico, más que cualquier otra  cosa.
 
    Acabamos de llevar a cabo una conferencia  internacional de gran magnitud con el objetivo de promocionar la participación  dinámica de las mujeres. Con la mirada puesta en el desarrollo económico y la  resolución de problemas globales, unos 100 líderes de todos los sectores de la  sociedad provenientes del mundo entero transmitieron al mundo el convencimiento  de que es indispensable que las mujeres desplieguen su fortaleza.
 
    En menos de un año, el fortalecimiento de las mujeres  se ha convertido en un principio guía que ha impulsado las políticas de Japón  tanto a nivel interno como externo.
 
    Japón se ha  centrado en mejorar la situación de las niñas y las madres en África, una  región en la que nuestra ayuda externa ha puesto el énfasis.
 
    En la crónica del siglo XX, el honor y la dignidad de  las mujeres sufrieron un profundo daño cuando estallaron los conflictos.
 
    En todo el planeta, todavía encontramos circunstancias  horrendas en las cuales las mujeres no pueden acceder a servicios básicos como  la atención médica y la educación simplemente porque nacieron mujeres, siendo  así privadas de la posibilidad de ser autosuficientes.
 
    Japón quiere ser un país que camine junto a estas  mujeres en todo el mundo. Tenemos la intención de alentar y apoyar en el mundo  entero la autosuficiencia de aquellas mujeres cuyos corazones han sufrido un  daño penoso.
 
    Pensamos transformar el siglo XXI en un mundo sin  violaciones de los derechos humanos contra las mujeres. Japón estará a la vanguardia  y conducirá a la comunidad internacional eliminando la violencia sexual durante  los conflictos.
    Esa es la razón por la cual Japón refuerza su  cooperación con la Oficina  de la   Representante Especial del Secretario General sobre Violencia  Sexual en Conflicto de la Sra. Zainab  Bangura. 
    Derechos fundamentales como la educación y la salud  deben estar garantizados en todas partes a lo largo y a lo ancho del mundo. Es  necesario que ONU y, de hecho, el mundo, se unan en la acción común para que  niños y niñas puedan ir a la escuela por igual, y que las embarazadas puedan  recibir atención médica con tranquilidad.
 
    Por otra parte, para que las mujeres lleven su vida con  orgullo y esperanza, me parece esencial desarrollar su capacidad de ser  económicamente autosuficientes por encima de todo. No me cabe ninguna duda de  que la clave para cambiar a la totalidad de la sociedad reside en la creación  de una sociedad donde las mujeres brillen.
    
    El año  pasado prometí en mi discurso aquí en la Asamblea General  que Japón implementaría una ayuda superior a 3.000 millones de dólares a lo  largo de tres años destinada principalmente a promover la situación de las  mujeres. La suma ya implementada en este último año es de 1.800 millones de  dólares, más de la mitad del monto prometido.
    
    También señalé que “Japón respeta las actividades de  ONU Mujeres, que es responsable de los temas relativos a la mujer en Naciones  Unidas. Tenemos la intención de ser uno de sus principales colaboradores y por  ende un país modelo en esa área”. En este último año, Japón incrementó cinco  veces sus aportes a ONU Mujeres, y en el futuro aumentaremos aún más el número  de proyectos que apoyamos. También nos alegra mucho que el año próximo, ONU  Mujeres abra su oficina en Tokio. Espero que Japón amplíe más su coordinación  con ONU a través de esta nueva oficina.
 
    Sr. Presidente, distinguidos delegados, al trazar el programa de desarrollo post-2015,  Japón mantendrá su fuerte participación como hasta ahora. 
 
    Sin embargo, ruego encarecidamente que si realmente queremos  alcanzar el logro de la inclusión, la sustentabilidad y la resiliencia tal como  se plantea en ese programa, lo importante sea la protección y el  fortalecimiento de los vulnerables, sin importar la raza, el género o la edad. 
 
    Este año conmemoramos en Japón el 60° aniversario del  inicio de nuestra ODA. Aprendiendo de la determinación de nuestros  predecesores, que comenzaron a trabajar para ampliar la ODA apenas nueve años después  de haber sufrido la devastación total en la guerra, el Gobierno japonés se  encuentra actualmente en vías de establecer nuevos principios rectores para  nuestra ODA. Es nuestra intención dar una vez más prioridad a objetivos como lograr  un crecimiento económico de calidad, garantizar la seguridad jurídica y hacer  realidad una sociedad estable y pacífica.
 
    Los  objetivos a los que Japón ha aspirado constantemente en su ODA a lo largo de  estos 60 años no cambiarán en lo más mínimo. No habrá ningún cambio en nuestra  consideración profundamente arraigada de que lo más importante en la lucha  contra la pobreza es cultivar un sentido de pertenencia en las personas afectadas  y estimular las iniciativas de autoayuda. Tampoco habrá cambios en nuestros  esfuerzos destinados a garantizar plenamente la seguridad humana. Por otra  parte, a medida que avancemos en el fortalecimiento de las mujeres como factor  clave, considero que el logro de nuestros objetivos estará mucho más a nuestro  alcance.
 
    Sr. Presidente, señoras y señores, en los últimos 20  años, Japón ha enviado un total de 9.700 personas a 13 operaciones de paz de  ONU. En los diez años transcurridos desde que se creó la Comisión de Consolidación  de la Paz de ONU,  los aportes de Japón al Fondo de Consolidación de la Paz han superado los 40  millones de dólares. En el futuro, pensamos cultivar aún más nuestros recursos  humanos tanto en cantidad como en calidad, para colaborar en el área de  consolidación de la paz.
 
    En razón de ser el único país que sufrió la  devastación de bombas atómicas durante una guerra, Japón está preparado para  encabezar los debates en la   Conferencia de las Partes encargada de la revisión del  Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares que se llevará a cabo el año  próximo, el 70° aniversario de los bombardeos atómicos.
 
    Con respecto a Corea del Norte, Japón trabajará en  forma coordinada con los países pertinentes con miras a la resolución integral  de los problemas pendientes, como la sustracción de personas, el problema  nuclear y de los misiles.
 
    Japón ha sido uno de los mayores beneficiarios de  Naciones Unidas. En adelante, trabajaremos aún más para hacer realidad los  principios que ha establecido ONU. Japón es un país que cumple sin falta sus  promesas.
 
    Con esto termino mi exposición. Muchas gracias.